viernes, 15 de enero de 2010

Miseria en la cultura: decepción y depresión



No soy actualmente cristiana, de niña lo fuí, o me llevaron a serlo, actualmento no profeso ningún culto religioso, la institución iglesia me ha decepcionado bastante, pero bueno dentro de la hipocresía reinante hay aún ciertos movimientos sociales, como base religiosa, que merecen mi respeto, como por ejemplo el movimiento de Teología para la Liberación, por eso me permito publicar, como ya lo hecho otras veces, un artículo del teólogo Leonardo Boff.

Miseria en la cultura: decepción y depresión

2010-01-15


En 1930 Sigmund Freud escribió su famoso libro El malestar en la cultura y ya en la primera línea denunciaba: «en lugar de los valores de la vida, se prefiere el poder, el éxito y la riqueza, buscados por sí mismos». Hoy día estos factores han alcanzado tal magnitud que el malestar se transformado en miseria en la cultura. La COP-15 en Copenhague nos dio la demostración más cabal: para salvar el sistema del lucro y de los intereses económicos nacionales no se ha temido poner en peligro el futuro de la vida y del equilibrio del planeta sometido ya a un calentamiento que, si no es encarado rápidamente, podrá exterminar a millones de personas y liquidar gran parte de la biodiversidad.
La miseria en la cultura, o mejor, de la cultura, se revela por medio de dos síntomas verificables en todo el mundo: la decepción generalizada en la sociedad y una profunda depresión en las personas. Ambas tienen su razón de ser. Son consecuencia de la crisis de fe por la que está pasando el sistema mundial.
¿De qué fe se trata? Es la fe en el progreso ilimitado, en la omnipotencia de la tecnociencia, en el sistema económico-financiero , con su mercado, que actuarían como ejes estructuradores de la sociedad. La fe en estos dioses poseía sus credos, sus sumos sacerdotes, sus profetas, un ejército de acólitos y una masa inimaginable de fieles.
Hoy día esos fieles han entrado en una profunda decepción porque tales dioses se han revelado falsos. Ahora están agonizando o simplemente han muerto, y los G-20 tratan en vano de resucitar sus cadáveres. Los que profesan esta religión fetiche constatan ahora que el progreso ilimitado ha devastado peligrosamente la naturaleza y es la principal causa del calentamiento planetario. La tecnociencia que, por un lado, ha traído tantos beneficios, creó una máquina de muerte que sólo en el siglo XX mató a 200 millones de personas y es hoy capaz de exterminar a toda la especie humana; el sistema-econó mico-financiero y el mercado quebraron, y si no hubiera sido por el dinero de los contribuyentes, a través del Estado, habrían provocado una catástrofe social. La decepción está estampada en los rostros perplejos de los líderes políticos, que no saben ya en quién creer y qué nuevos dioses entronizar. Existe una especie de nihilismo dulce.
Ya Max Weber y Friedrich Nietszche habían previsto tales efectos al anunciar la secularizació n y la muerte de Dios. No que Dios haya muerto, pues un Dios que muere no es «Dios». Nietszche es claro: Dios no murió, nosotros lo matamos. Es decir, para la sociedad secularizada Dios no cuenta ya para la vida ni para la cohesión social. En su lugar entró el panteón de dioses que hemos mencionado antes. Como son ídolos, un día van a mostrar lo que producen: decepción y muerte.
La solución no estriba simplemente en volver a Dios o a la religión, sino en rescatar lo que significan: la conexión con el todo, la percepción de que la vida y no el lucro debe ocupar el centro, y la afirmación de valores compartidos que pueden proporcionar cohesión a la sociedad.
La decepción viene acompañada por la depresión. Ésta es un fruto tardío de la revolución de los jóvenes de los años 60 del siglo XX. Allí se trataba de impugnar una sociedad de represión, especialmente sexual, y llena de máscaras sociales. Se imponía una liberalizació n generalizada. Se experimentó de todo. El lema era «vivir sin tiempos muertos; gozar la vida sin trabas». Eso llevó a la supresión de cualquier intervalo entre el deseo y su realización. Todo tenía que ser inmediato y rápido.
De ahí resultó la quiebra de todos los tabúes, la pérdida de la justa medida y la completa permisividad. Surgió una nueva opresión: tener que ser moderno, rebelde, sexy y tener que desnudarse por dentro y por fuera. El mayor castigo es el envejecimiento. Se concibió la salud total, y se crearon modelos de belleza, basados en la delgadez hasta la anorexia. Se abolió la muerte, convertida en un espanto.
Tal proyecto posmoderno también fracasó, pues con la vida no se puede hacer cualquier cosa. Posee una sacralidad intrínseca, y límites. Si se rompen, se instaura la depresión. Decepción y frustración son recetas para la violencia sin objeto, para el consumo elevado de ansiolíticos y hasta para el suicidio, como ocurre en muchos países.
¿Hacia dónde vamos? Nadie lo sabe. Solamente sabemos que tenemos que cambiar si queremos continuar. Pero ya se notan por todas partes brotes que representan los valores perennes de la condición humana: casamiento con amor, el sexo con afecto, el cuidado de la naturaleza, el gana-gana en vez del gana-pierde, la búsqueda del «bien vivir», base para la felicidad, que es hoy fruto de la sencillez voluntaria y de querer tener menos para ser más.
Esto es esperanzador. En esta dirección hay que progresar.

5 comentarios:

el_iluso_careta dijo...

no entiendo muy bien a que apuinta el muchacho este...ya que por sus dichos lo único que concluyo que es la misma mierda con distinto olor...
escuchando 03- pascual tal cual\COLOR HUMANO\COLOR HUMANO II

Liliana dijo...

no entendes a que apunta por que no viste Avatar jajaja (danza con lobos en el espacio dijo alguien)
Leonardo Boff como te explico...lucidez.
Escuchando Blus de Dana / Arco Iris para seguir en la onda jjja

el_iluso_careta dijo...

mirá tengo expectativas pero no grandes en la peli.,..con la última terminator, al ver los avances dije que iba a ser un bodrio egipcio y no me equivoqué.
acabo de terminar de ver...( es una manera de decir) amelie.....mi dios...quien puede decir que es una peli tan siquiera buena????
escuchando 05 - '39\Queen - A Night At The Opera (1975)

Juan M. Di Liscia dijo...

Hola Liliana

Bueno, respeto a lo que dice el amigo Iluso, pienso que pretender entender la ideología de Leonardo Boff, leyendo sólo ese texto es quizás pedir demasiado. Hay un camino un poco más largo que andar y estar dispuesto a un cierto esfuerzo por comprender lo que éste significa.
Ex obispo, discípulo de Ratzinger cuando éste era un referente teólogo progresista, antes de que la Teología de la Liberación y el Concilio Vaticano II sean enterrados por la misma institución que los parió. No soy practicante de ninguna religión, tampoco ateo, soy un hijo decepcionado de los 60-70 y no creo que estos temas sean de una simpleza tal que permitan una toma de posición "instantánea".
Me satisfizo leer a Boff y me siento acompañado por tu decisión de publicarlo.

Cariños
Juan

Liliana dijo...

Gracias Juan por pasar por aqui, si es verdad lo que decis, este artìculo basta para conocer la obra de Boff, yo he leìdo varios articulos, y realmente en este aspecto, su manera integradora de ver la realidad, se parece a mi sentir, es decir, por lo menos tienen una visiòn critica ante la realidad, y no resignada como muchas religiones.
Sos bien venido por aqui : )