miércoles, 12 de septiembre de 2007

Que disparate, se mató un tomate!



















Poema de Elsa Bornemann
Fotografía: Liliana


¿Quieren que les cuente? Se arrojó en la fuente sobre la ensalada recién preparada.
Su vestido rojo, todo descosido, cayó haciendo arrugas al mar de lechugas. Su amigo el zapallo corrió como un rayo pidiendo de urgencia por una asistencia. Vino el doctor Ajo y remedios trajo. Llamó a la carrera a Sal, la enfermera. Después de secarlo quisieron salvarlo, pero no hubo caso: ¡estaba en pedazos! Preparó el entierro la agencia “Los Puerros”.y fue mucha gente...¿quieren que les cuente? Llegó muy doliente Papa, el presidente del club de Verduras, para dar lectura de un “verso al tomate”(otro disparate) mientras, de perfil el gran perejil hablaba bajito con un rabanito. También el laurel (de luna de miel con doña nabiza) regresó de prisa en su nuevo yate por ver al tomate. Acaba la historia: ocho zanahorias y un alcaucil viejo forman el cortejo con diez berenjenas de verdes melenas sobre una carroza bordada de rosas. Choclos musiqueros con negros sombreros tocaban violines, quenas y flautines, y dos ajíes sordos y espárragos gordos con negras camisas cantaron la misa. El diario “ESPINACA”la noticia saca. HOY, QUÉ DISPARATE! ¡SE MATÓ UN TOMATE! Al leer, la cebolla llora en su olla. Una remolacha se puso borracha.—¡Me importa un comino! —dijo don Pepino... y no habló la acelga (estaba de huelga).