sábado, 16 de junio de 2007

La Injusticia


Todos los días nos enfrentamos con algún acontecimiento injusto, algunas veces nos revelamos activamente, otras no, y en otro casos, ni nos damos cuenta vamos naturalizando hechos injustos como parte del paisaje cotidiano.

Ayer por la noche iba caminando por Quilmes, delante mío iban caminando tres pibes, muy jóvenes, adolescentes o un poquito más, uno de ellos, muy delgado,se para frente a la vidriera de una pizeria y mira con ojos brillantes unas empanadas que estaban en exhibición, observé la escena, e inmediatamente no tuve dudas de lo que pasaba, tenía hambre, el buscaba en sus bolsillos y rescataba unas monedas, el resto de los pibes siguió la marcha, yo detrás con mis paquetes de shoping, seguí caminando hasta que un impulso me llevo a llamarlo, pibeee!!! si, doña, tenes hambre???, me mira asombrado, y me dice, SI, bueno yo te doy estas monedas, un manojo que tenia justo en el bolsillo, fijate si te alcanza, no doña, deje, no se quede sin monedas, no no le digo... son tuyas, gracias doña.

No, no crean, no solucioné nada, solo tape, le di unas monedas infames, por que no me anime sacar mi cartera, miedo, por que el hambre tambien en nuestro pibes se convierte en rabia, que se yo, tampoco sentí que hice algo importante, liberar unos segundos la culpa, seguramente.

Pero no me puedo olvidar del pibe, ni de esa injusticia, yo vi los ojos de un niño de tristeza frofunda, dentro del joven con hambre, al que le han robados sus sueños, son muchos, son miles, son tantos.

Comparto con ustedes algo de Celedonio Flores

Hay que ver, señor juez,

como se vive para saber,

después como se peca.