lunes, 23 de julio de 2007

Un rey escucha. Italo Calvino



Esa voz viene seguramente de una persona, única, irrepetible como toda persona, pero una voz no es una persona, es algo suspendido en el aire, separado de la solidez de las cosas.

También la voz es única e irrepetible, pero tal vez de un modo diferente del de la persona: podrían voz y persona parecerse. O bien parecerse de un modo secreto, que no se ve a primera vista: la voz podría ser el equivalente de todo lo más oculto y más verdadero de la persona. ¿es otro tú sin cuerpo el que escucha esa voz sin cuerpo? Que la oigas realmente o la recuerdes o la imagines, da igual.
Y sin embargo tú quieres que sea tu propio oído el que perciba esa voz, por lo tanto lo que te atrae no es sólo un recuerdo o una fantasía sino la vibración de una garganta de carne.
Una voz significa esto: hay una persona viva, garganta, tórax sentimientos, que empuja en el aire esa voz diferente de todas las otras voces. Una voz pone en acción la úvula, la saliva, la infancia, la pátina de la vida vivida, las intenciones de la mente, el placer de dar una forma propia a las ondas sonoras. Lo que te atrae es el placer que esta voz pone en existir: en existir como voz, pero ese placer te lleva a imaginar de que modo la persona podría ser tan diferente de cualquier otro cuanto es diferente su voz.
Un rey escucha. Italo Calvino

Fotografìa: Liliana

Fuente texto: Agencia Walsh